Los espejos son mágicos. Pueden hacer que un espacio pequeño y estrecho, como la entrada, se vea más grande de lo que es.
Pueden amplificar el brillo de una lámpara colgante, una araña o la luz que cae a través de una ventana o puerta abierta.
Lo mejor de todo es que los espejos de entrada dan la bienvenida a los invitados y les permiten a los miembros de la familia darse un último cheque antes de salir al mundo. También permiten una hermosa vista desde el interior de la casa.